Carlo Bifulco es Doctor en Ingeniería Forestal y de Recursos Naturales. Uno de los primeros italianos en certificarse como Guía de Baños de Bosque, ha viajado por el mundo con un profundo amor por los bosques y, en especial, por las plantas. Ha sido promotor de la última formación del FTHub en el espectacular Parque Nacional de Monti Sibillini, en Italia. Está orgulloso de que la formación haya revelado a estudiantes de distintos campos profesionales que los Baños de Bosque no se parecen a otras prácticas que hayan experimentado u ofrecido en la naturaleza.
Consultor en proyectos de cooperación internacional desarrollados en Portugal, Armenia, Rumania, Marruecos e Italia sobre soluciones basadas en la naturaleza, bioingeniería de suelos y aguas, gestión de áreas protegidas, sistema legislativo europeo sobre medio ambiente, incendios forestales, sequía y formación de personal, es también FTHub Guía de Baños de Bosque y profesor.
Creció en una ciudad y el vínculo más profundo con la naturaleza lo encontró de adulto, implicado en la conservación de espacios naturales y de la fauna salvaje, habiendo visto el regreso, entre otras especies, de los lobos italianos.
Tras haber gestionado dos majestuosos parques nacionales, el del Vesubio y el Monti Sibillini, se interesó por el Shinrin Yoku con cierto escepticismo hasta que se formó con FTHub. Desde entonces ha trabajado para incorporar la Salud como un nuevo servicio ecosistémico en los parques nacionales.
«Los Parques Nacionales se utilizan como empresa de desarrollo turístico y también, por ejemplo, financian fiestas, verbenas populares y, en general, esas cosas en las que la gente come salchichón, queso, chorizo… Y la salud es una función que aún no se ha explorado provechosamente. Los parques también son un lugar para sentirse bien, donde ahora también puedes reponerte -incluso en la playa u otros paisajes-.
«Y creo que es importante garantizar senderos por los que la gente no tenga que dar largos y difíciles paseos, como en los programas deportivos o de aventura. Me gustaría que se destinara dinero a los parques relacionados con el hecho de que el Parque Nacional da salud.
«De niño, la naturaleza sólo estaba durante las vacaciones. Nací y crecí en una gran ciudad. Iba a la playa, al mar (cerca de Nápoles). Soy ingeniero eléctrico y me dediqué a programar sistemas de información, de cálculo, y trabajé en el primer inventario forestal nacional italiano, haciendo cuentas de cuánta madera había.
«Esto fue en Italia en el 85 y en ese momento empecé a tener una conciencia más allá de lo técnico, más hacia los bosques. Y al mismo tiempo me acerqué al WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) en Italia y al WWF de Nápoles».
Volcanes y pinares
«Empecé cuidando los bosques de la región de Nápoles, que es una reserva natural estatal en un cráter volcánico que fue coto de caza de los reyes Borbones, y ahora era una reserva estatal gestionada por WWF Italia.
«En un momento dado me rompí una pierna en un accidente de moto, estuve dos meses parado y la gente que conocí en el inventario forestal me recomendó libros, porque habían visto mi pasión por los bosques. Me encantó uno sobre todo de lo que ahora se llama Ingeniería Naturalista, o Ingeniería del Paisaje.
«En 10 años conseguí cambiar de trabajo, en el sentido de que seguía siendo ingeniero de sistemas informáticos, pero colaboraba voluntariamente con el WWF y hasta que fui director del Parque Nacional del Vesubio, trabajé con la Organización Nacional de Investigación, en proyectos de conservación de la naturaleza.
«He sido Director del Parque Nacional del Vesubio durante 8,5 años, principalmente interesado en temas relacionados con los pinares, donde hice una adaptación de las técnicas de ingeniería naturalista que nacieron en los Alpes, al clima mediterráneo.
«Después me trasladé a Lisboa, donde seguí trabajando en proyectos de cooperación internacional sobre temas medioambientales y forestales. Aquí me encontré impulsando proyectos de gestión de incendios forestales, contraincendios, proyectos de mitigación de la sequía, pero mientras tanto decidí transformarme«.
El aprendizaje como pasión permanente
«Quería formalizar estos conocimientos autodidactas, así que me doctoré en Ingeniería de Recursos Naturales y Forestales en una Universidad de Lisboa. A los 60 años.
«Luego fui director del Parque Nacional de los Montes Sibilinos y regresé a Italia durante cuatro años. Tengo mi casa en Lisboa, así que fui de Italia a Lisboa para ser profesor en la Politécnica de Coimbra en lo que hoy se llama ‘Soluciones basadas en la Naturaleza’.
«Me atraen mucho más los árboles que los animales, ya que son capaces de alimentarse sin moverse. En mi opinión, las plantas son más refinadas.
«Oí hablar del Shinrin-Yoku japonés, en el que había una cierta nube de falta de ciencia en aquella época que descubrí más tarde. Así que hice la primera formación de Baños de Bosque en Italia en 2019. Para mí, fue una revelación. Y decidí proponer esta actividad como una actividad institucional de Monti Sibillini, así que llamé a consultores e hicimos en cada municipio del parque una ruta adecuada para Baños de Bosque. Si entras en la página de Internet del Parque Monti Sibillini, los encontrarás, así como la metodología que utilizamos».
Carlo, el guía de Baños de Bosque
«Yo no guío como trabajo, pero llevo a mis amigos, a mi mujer, y siempre me piden volver a dar un paseo. He visto los beneficios. Todo el mundo se siente bien. Con relajación, bienestar y demás, pero he visto gente que tenía problemas de estrés por enfermedad -recuperación tras una operación de cáncer, una afección inmunológica en la sangre- y repiten esto como forma de encontrar alivio a la ansiedad. El bajar la velocidad en un paseo por los Baños de Bosque es muy importante para ellos.
«Estoy muy contento de haber organizado esta formación en el Monti Sibillini porque las personas que lo hicieron, cuando se despidieron, me emocionaron. La forma en que nos daban las gracias por lo que les habíamos enseñado, les emocionaba.
«Hay gente que viene como diciendo ‘ya sé lo que son los Baños de Bosque’. Son trabajadores medioambientales, psicólogos, médicos, guías de senderismo medioambiental. Y al final decían ‘esto sí que es nuevo’, como ‘otra cosa’. No es lo que hacían llevando a la gente al parque.
«Así que para mí fue muy importante que la gente entendiera que las personas con experiencia que pueden ofrecer conocimientos sobre lo que es Baños de Bosque, se dieran cuenta con esta formación de que no sabían lo que era realmente un Baño de Bosque.
«Y esto es también gracias a algunos políticos de la zona que apoyan este tipo de formaciones, el presidente de la localidad Pieve Torina y también el vicepresidente del Parque Nacional Monte Sibillini. Estoy orgulloso de ello. Y también me gusta que crezcan los ‘empleos verdes'».
Ph: Cortesía Carlo Bifulco