Rosa es catalana, estudió Periodismo y lleva seis años en Chile, y Alfredo estudió Ecoturismo en la capital del país, Santiago. Fueron Guías de Trekking nada menos que en las monumentales Torres del Paine. Algo los frustraba de guiar en paisajes maravillosos reparando en la meta de llegar y tomar la fotografía. Su fuerte conexión con el bosque y las montañas les pedía otro abordaje.
Se formaron juntos en FTHub para iniciar la práctica en las afueras de la paradisíaca Pucón y fundaron Bosque Armonía. Instalaron una minuciosa red de colaboradores y de difusión para instalar los Baños de Bosque entre las ofertas más requeridas y novedosas en la región.
Alfredo: “Estamos ofreciendo los Baños de Bosque con todo lo que aprendimos en la formación. Estamos ubicados en las afueras de Pucón. Encontramos este bosquecito que está a la orilla del río Trancura, un bosque muy lindo con arrayanes y coihues. Los ofrecemos para el turismo en agencias, lodges, hoteles, porque es algo nuevo en este destino. Aquí hay mucha oferta de turismo aventura como rafting, trekking, subir al volcán (Villarrica), pero el turismo de bienestar además de los baños termales, es incipiente y ahí queríamos innovar.
“Hemos creado Bosque Armonía poco después de terminar la formación en FTHub. Luego fuimos a la formación presencial a Valdivia ”.
Rosa: “Nos enfocamos a trabajar conjuntamente con agencias de viajes para poder llevar baños de bosque a todo el que visite Pucón y busque algo que no sea trekking sino más una conexión con el lugar y el bienestar que viene de ello”.
Alfredo: “Nos conocimos en Puerto Natales (Patagonia Sur Chilena), donde yo era guía de trekking, por eso tengo mucha experiencia guiando grupos y en inglés. Los dos teníamos ganas de generar una conexión más profunda con la naturaleza.
“Las personas por lo general quieren más actividad, o van a un mirador, y uno va andando sin tiempo de parar y disfrutar del bosque y sus detalles. Entonces cuando conocimos la práctica de los Baños de Bosque supimos que era lo que queríamos hacer, porque genera una conexión más profunda”.
La conexión
Rosa: “Tengo muchos lugares y momentos fuertes en la naturaleza. Siento que mi historia ha ido de un lado a otro, pero todo ha terminado en el lugar desde el que inicialmente partí: yo me crié en la naturaleza, soy de un pueblo muy chiquito entre montañas (Arbúcies, de 6000 habitantes, en Girona, España) y para mí el bosque siempre ha estado ahí. Era donde iba a estudiar. Abría la puerta y tenía el bosque. Y ahora también, vivo en un lugar hermoso.
“En cierta forma esa conexión siempre estuvo y ahora, habiendo aprendido sobre Baños de Bosque, veo que esa contención la sentí siempre en el bosque. Después me formé en Periodismo porque igual me gustaba mucho escribir, y después llegué a Chile.
“Hice un viaje por Latinoamérica durante un año y ahí la naturaleza me volvió a atrapar, porque tiene paisajes tan increíbles. Ahí dije ‘yo quiero dedicarme a ser guía, quiero ir a la naturaleza con las personas, quiero vivir esto con personas’. Me formé como Guía y estuve guiando en Torres del Paine, pero siempre estaba más el amor por la naturaleza.
“Porque es muy distinto el guiar un trekking, que era llevar gente, y ellos ni siquiera notaban el bosque. Les decía ‘pero miren este lugar tan lindo’, y un poco me frustraba».
“Fue Alfredo quien me habló por primera vez de los Baños de Bosque. Y ahí es como que encajó todo. Es lo que me gusta, estar para relajar, sentir las emociones y facilitar esa conexión. Ya, esto es. Esto es lo que quiero hacer. No tener que ir a la naturaleza a sacar las fotos, a llegar a algún mirador, ni nada”.
El sendero y el proceso
Rosa: “Fue maravilloso descubrir el sentir al bosque de una forma que ni siquiera lo hacen los guías (de trekking o de turismo), que son los que están en la naturaleza todo el rato. Seguimos guiando y yendo al cerro, pero ahora es una experiencia distinta. El Baño de Bosque es otra cuestión, y cuando hago mis paseos aquí cerca del río donde vivimos, es otra cosa».
Alfredo: «De chico siempre me maravillaron los Andes, las montañas. De niño iba a los cerros cuando había nieve. Sentía que la montaña me llamaba más que a mis compañeros. Yo les decía ‘pero mira qué hermosas están las montañas con la nieve».
“De niño también iba a la casa de verano de mis abuelos y tenían verduras, huerta, animales. Pasé allí mucho tiempo y también de vacaciones por el sur de Chile. Tuve también una relación de 10 años con un perrito que me recibía cada día durante todo ese tiempo, me llamaba la atención esa relación, esa conexión con otro ser vivo que no fuera humano. También adoré el desierto, cuando lo fui a conocer. Sentía que la naturaleza me provocaba algo más fuerte que a los demás».
“Entonces estudié Ecoturismo porque quería transmitir: que más personas puedan sentir lo que yo siento. Luego me dediqué al trekking, aprendiendo más de la naturaleza. Ahí ya no había vuelta atrás. Estos sitios te hacen sentir una conexión de vuelta con el paisaje, con la tierra de donde somos.
“Además, con la crisis ambiental que hay en el mundo, necesitamos darnos cuenta de que tenemos que vivir en una mejor relación con el mundo. Y así el baño de bosque es una herramienta muy efectiva para hacer ese click, que la gente interprete, saque una reflexión de su relación con el mundo natural”.
El bosque
“Recuerdo mucho a una señora de unos 50 años que miraba a los lados, como inquieta, pensé que no conectaba con la experiencia. Pero luego cuando compartimos cómo se sentía, se emocionó y comenzó a llorar. Había tenido como un deja vu, dijo que ese momento ya lo había vivido o soñado tal cual y no lo podía creer: corroboraba con la vista su recuerdo. Además le venía un cambio de vida, estar allí en ese momento le hacía todo el sentido».
“El otro día un chico de la ciudad dijo, cuando terminamos, ‘no sé qué hora es, no sé dónde estoy geográficamente, hace rato no miro el móvil y estoy muy feliz’.
“Es muy poderoso el simple hecho de no conectarte con el teléfono por 3 horas y estar en un lugar tranquilo sin saber nada del mundo exterior. Otra de las experiencias recurrentes es que se sienten de nuevo como niños.
«Así que hemos emprendido un plan de ofrecer los Baños de Bosque como parte de un Plan de Bienestar también, a agencias de viajes, hoteles, oficinas de Turismo para que las personas conozcan que la actividad se ofrece aquí”.
Fotos: Cortesía Bosque Armonía